Ayer por la mañana, igual que casi toda la semana pasada, amanecí bañado en sudor sobre la cama de mi habitación, que hace las veces de ocasional sauna turca. Muchas motivaciones personales y deportivas para soportar el bochorno que me hunde en una enorme pachorra al comenzar el día. Estrenando los primeros momentos vacacionales, evitaba pensar en el balde de agua que me quedaba que sudar ayer en una de las carreras más importantes de la temporada: El Gran Premio del Condado, Campeonato Insular de Gran Canaria.
El Gran Premio del Condado es una carrera que se inicia y finaliza en Telde, discurriendo por el resto de la comarca sureste de la isla: Ingenio, Agüimes y Santa Lucía. La meta está en la Plaza de San Juan, ni a trescientos metros de mi instituto, de mi colegio, del parque en el que voy a correr y hasta de donde vivo. O sea, que iba a correr supermotivado, para disputar en casa el que debía ser el campeón de mi categoría en Gran Canaria y en un recorrido en que las curvas, los toboganes y las dos rampas que realizamos, La Era y Las Crucitas, son como de mi familia. Aprovecho para dejar en este enlace las coordenadas de la carrera para los más rigurosos.
A las diez de la mañana y en el merendero de Agüimes casi no llegamos a la salida los cadetes del Bicitel. Por muy poco no nos quedamos fuera de la carrera debido a la velocidad tan bestial del pelotón. A las prisas, nos bajamos como tiros del coche del Bicitel, montamos las bicicletas en un pis pas, y no fue sino saltar al asfalto cuando el juez nos dio la salida. Ufffffffffffffffffffffffffffff! Por muy poco! Vaya stress para comenzar. Y eso que me faltaba el muelle y el cierre de la rueda delantera. Lo encontré milagrosamente en el portabultos del coche y zas, en nada enroscadas ambas piezas y en ruta.
Habíamos tenido mucha suerte y ya me encontraba rodando a ritmillo. Además, ayer el día tenía un solajero mucho más cómodo y suave. La ventolera habitual de la zona había sustituido a la ola de calor del resto de la semana y ya ni recordaba los entrenamientos a 38º en los que llegué a pensar si se habría escurrido definitivamente la capa de ozono en Gran Canaria.
Rápidamente nos organizamos en distintos grupos dependiendo del saldo de energías de cada uno y conformamos un pelotón estirado y disgregado. A la llegada a la Rotonda de Juan Grande detención total por la Guardia Civil. No me lo podía creer. Y esto? Los directores de equipo se llevaban las manos a la cabeza. La Guardia Civil que si no era suficiente la seguridad. Los organizadores que si la Guardia Civil con seis motoristas no quería implicarse suficientemente. Se planteó en algunos momentos incluso suspender la carrera. Menos mal que al final imperó el sentido común y reiniciamos desde allí la carrera nuevamente. Un espectáculo penoso!
Pues a la vuelta retomamos el trabajo deportivo en un pelotón que se estiró desde que enfilamos la subida de la Era del Cardón y algo más en la de Las Crucitas. Aprovechando la coyuntura tuve la suerte de integrarme en el tercer grupo de la cabeza. Una grupeta con mucha calidad y con las ganas de todos de poder obtener un buen resultado. De ese tercer grupo salieron tres campeones de Gran Canaria en tres categorías: cadetes, máster 40 y sub23, logrando una diferencia importante de tiempo que resultó decisiva para obtener el campeonato.
Hoy, con la satisfacción de saber que tanto en los estudios como en el terreno deportivo, la temporada va respondiendo al trabajo de todo un año, considero con ilusión y cautela que aún me queda mucha ruta que pedalear: Campeonato de España, Copa Cabildo de Gran Canaria, de Tenerife y la temporada estival en Cantabria.
Habíamos tenido mucha suerte y ya me encontraba rodando a ritmillo. Además, ayer el día tenía un solajero mucho más cómodo y suave. La ventolera habitual de la zona había sustituido a la ola de calor del resto de la semana y ya ni recordaba los entrenamientos a 38º en los que llegué a pensar si se habría escurrido definitivamente la capa de ozono en Gran Canaria.
Rápidamente nos organizamos en distintos grupos dependiendo del saldo de energías de cada uno y conformamos un pelotón estirado y disgregado. A la llegada a la Rotonda de Juan Grande detención total por la Guardia Civil. No me lo podía creer. Y esto? Los directores de equipo se llevaban las manos a la cabeza. La Guardia Civil que si no era suficiente la seguridad. Los organizadores que si la Guardia Civil con seis motoristas no quería implicarse suficientemente. Se planteó en algunos momentos incluso suspender la carrera. Menos mal que al final imperó el sentido común y reiniciamos desde allí la carrera nuevamente. Un espectáculo penoso!
Pues a la vuelta retomamos el trabajo deportivo en un pelotón que se estiró desde que enfilamos la subida de la Era del Cardón y algo más en la de Las Crucitas. Aprovechando la coyuntura tuve la suerte de integrarme en el tercer grupo de la cabeza. Una grupeta con mucha calidad y con las ganas de todos de poder obtener un buen resultado. De ese tercer grupo salieron tres campeones de Gran Canaria en tres categorías: cadetes, máster 40 y sub23, logrando una diferencia importante de tiempo que resultó decisiva para obtener el campeonato.
Hoy, con la satisfacción de saber que tanto en los estudios como en el terreno deportivo, la temporada va respondiendo al trabajo de todo un año, considero con ilusión y cautela que aún me queda mucha ruta que pedalear: Campeonato de España, Copa Cabildo de Gran Canaria, de Tenerife y la temporada estival en Cantabria.
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