Hace varios días eché un vistasillo al blog y me di cuenta que el contador de visitas había aumentado un dígito más. Habíamos conseguido las 10.000 visitas.
Desde enero pasado se me encendió una expectativa y me empeñé en dejar sobre blanco digital mi primera entrada. Me atreví a soñar y a dibujar sobre las sombras del ciberespacio los perfiles de una ilusión. Desde ese instante ya hoy han pasado 225 días, en los que el blog ha ido tomando su forma y recogido la vidilla de todos aquellos que querían dejar alguna huella, tanto fuera como dentro de la blogosfera.
Con una media de 44 visitas por día, en aproximadamente ocho meses en los que llevo tatuando letras e imágenes sobre el blog, hemos obtenido las 10,000 visitas comentadas.
Tengo que avisar que cuando comenzaba a germinar en enero la idea, no tenía muy claro el camino que iba a recorrer, la meta a alcanzar, ni el tono que me pedía el cuerpo mostrar. Pero entre pedaladas y tecleos me ha ido llegando el combustible para paulatinamente ir creciendo y perseverando en dedos y piernas.
Más de 30 posts en los que he intentado comentar nuestra visión de un mundo sobre ruedas en el archipiélago canario y ocasionalmente en el norte peninsular. Treinta tonterías o paridas que se me han ido ocurriendo, producto de mis desvaríos, mis pedradas o mis alegrías, y que me han ofrecido la oportunidad de conocer y compartir con todos aquellos que quisieron darse un garbeo por aquí.
Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y Méjico son nexos inesperados con el extranjero. Alguna página de empleo que enlaza con la entrada más visitada, "Me queda mucho que aprender"; grupos sociales de la red que visitan y toman como muestra un artículo, "Bicirexia" ; bloggers de edición que acceden a los distintos artículos; medios de prensa que se hacen eco de nuestra vivencia ciclista dentro y fuera de las islas, Sobresaliente Bicitel, Campeonatos de Expaña 2011; son la gratificación y creo que los síntomas que confirman el buen estado de forma del blog.
Por eso me parece el momento ideal para aprovechar y a la vez que avisar de la cuerda que me queda por dar, agradecer desde aquí a mi familia y entorno, porque son el andamiaje sobre el que me he aupado para ir moldeando en cada uno de los pisos de nuestro sencillo edificio digital, las invenciones y retoques cargados de sudor y grasa que huelen a bici.
Gracias a todos!
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