Ha pasado más de dos meses desde mi última reseña en este blog. Lo cierto es que el momento en el que me encuentro, de barbecho, sin competiciones y con los entrenamientos que van aumentando muy paulatinamente, “al golpito”, mi musa ciclista, por así decirlo, no está por la labor de sudar gramaticalmente sobre el portátil.
En cuanto al nuevo formato del blog, me pareció que con el paso del tiempo se había consumido el anterior y le hacía falta una puesta al día, entre otras cosas porque ya este año ni siquiera corro como cadete sino como júnior de primer año y era además el momento más idóneo para plantearse un lavado de cara.
En lo estrictamente deportivo, aún me ocupo de entrelazar y cimentar Resistencia Aeróbica y Fuerza: trabajando con las pesas, desarrollando ejercicios pliométricos e imprimiendo ruedas sobre el pavimento.
De todas formas, aún estamos tratando de dibujar lo que puede ser la temporada que viene, pero sin siquiera ver tierra. No se conocen aún las fechas definitivas del circuito canario y la crisis económica que persiste va dejando un rastro de bicicletas de competición colgadas por todos lados. Hasta tal punto han llegado las vacas flacas, que el equipo Bicitel nos ha dicho a todos los componentes del club en enero de este año, que definitivamente no hay dinero para competir en Tenerife.
No ir a las carreras de Tenerife supone asistir únicamente a las dos carreras que por ahora están en el pre-calendario de Gran Canaria. Trescientos sesenta y cuatro días de entrenamiento bisiesto en contraposición a dos días para exclusivamente oler a lo lejos algo parecido a una competición, resulta un saldo deportivo muy difícil de digerir y ello ha supuesto colocarnos en un punto muy complicado, salvo que alguno entrene para batir algún extraño récord chino.
Este año tengo una asignatura de Filosofía, y el profe no hace sino recomendarme lecturas de Kafka. Me quedo con una frase de él: “A partir de cierto punto no hay regreso. Es el punto que hay que alcanzar” Yo añadiría humildemente: y en este punto nos encontramos sin comerlo ni beberlo, pues aunque no buscamos la aventura ella nos encontró.
Del mencionado punto surgirán sorpresas para este año, nuevas expectativas, fracasos, ilusiones…
El Genio de la Bicicleta seguramente diría: “Esto es lo fantástico del ciclismo”. Por mi parte, no sé si lograré ser tan optimista, pero al menos prometo en la próxima reseña bloguera, comentar como vamos a deshojar la flor de la temporada 2012 sin tener que acudir ni al genio, ni a la lamparita, ni a los chinos.
Animo chaval, si me persites un consejo, nunca olvides tus sueños e ilusiones, porque son el motivo de empuje en tu día a día,cuida que tu felicidad sea el camino, no tu destino. enhorabuena por la nueva portada y tu trayectoria por todo lo que estás consiguiendo,un saludo.
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