viernes, 29 de abril de 2011

HAMBRE DE CICLISMO


Llevo desde el 17 de abril sin carreras. Hasta el 5 de junio no hay en la isla de Tenerife para la categoría de cadetes en carretera, y hasta el 11 del mismo mes en Gran Canaria. Paréntesis exagerado en las islas y que se da en un momento álgido de la temporada. Parece que la causa principal es la tan archirrepetida crisis económica. ¿Y ahora que tengo el comemontañas encendido ... ?

Cuándo estás tan metido en esto del deporte sabes que debes periodizar los entrenamientos planteando varios picos en el estado de forma, los cuales programarás en lo posible para que se produzcan en torno a cada una de las carreras. ¿Estamos quizás en pretemporada y no me he enterado?

Son tan necesarios los esfuerzos como los descansos, y en la misma idea se precisan retos con carácter regular que te mantengan en un óptimo estado de puesta a punto. El parón deportivo durante mes y medio en Canarias resulta frustrante a mitad de temporada y por eso me planteé que algo habría que hacer. Bendito San Ryanair y su ruta Gran Canaria-Santander!


La solución pues, en la península, con un torneo, el asturcántabro, en el que además de gozar de buena salud, tiene un circuito que consta de 22 carreras. Quién estuviera allí ahora que ha mejorado el tiempo! Y por si fuera poco, con otras comunidades autónomas: Euskadi, La Rioja, Castilla-León que cuentan con una oferta deportiva atractiva. Al que no entienda los problemas que trae la insularidad, creo que algo le podría decir.


Pues blanco y en botella. Bendito San Ryanair, que por pocos euros me va a llevar a Cantabria en mayo y así disfrutar de una carrera con mi familia del Equipo Piélagos en Mazcuerras. Bien visto, hasta se agradece el detalle del  huequito dejado por culpa de la crisis para aprovechar esa nueva ruta aérea entre Gran Canaria ySantander.


Se me hace la boca agua sólo de pensarlo. Compitiendo allí te sientes cómo si fueras uno de los protagonistas de algo muy importante. Ya no eres el chico raro al que le gusta ese deporte que ven los demás en la tele. La organización, el pelotón de cadetes, los coches de escuadras, las metas volantes y los premios de la montaña, la gente que agolpada en las cunetas sigue la carrera, la entrega de trofeos,.... Es tal el ambientazo que te produce un subidón de adrenalina alucinante. Parece como si declararan el día de la Bicicleta y hubieran esperado por tí  para celebrarlo. Una vez que pruebas la experiencia ya te quedas enganchado, con ganas de más. Con HAMBRE DE CICLISMO!!!!

martes, 19 de abril de 2011

SANGRE, SUDOR Y RUEDAS


Foto cortesía de José Ramón Montesinos

Llevo varias semanas con un catarro encadenado. Con dos periodos de varios días de fiebre. Dolores que surgían en todo el cuerpo, ya estuviera o no subido sobre la bici, y una fatiga que me acompañaba durante todo el día.


Mosqueado por lo inoportuno, incómodo por no poder entrenar como pretendía, y controlando con mimo la carga de esfuerzos durante lo poco que restaba en la última semana, llegué a pensar que no pintaba nada bien la carrera en Tenerife este domingo. 


Todavía lo veía peor al tener en cuenta que estaba a pocos días de una prueba que llaman "Rompepiernas" por el perfil exigente de su trazado, en el que se combina subidas bestiales con bajadas de vértigo. Pero aquí, como siempre, no era cuestión de asustarse, sino de cerebro y músculo.

Por si no existieran suficientes nubarrones en el ambiente, la agencia metereológica preveía para ese domingo chubascos de carácter tormentoso, con rachas de viento en torno a los 75 km./h. Seguía sin pintar nada bien. Sólo me faltaba recaer con otro catarrazo. Fuerza y honor dicen en las pelis de romanos.


Los cadetes formábamos junto a los juveniles y a los máster 40 y 50 un nutrido grupo a la salida de la TF-1, en Las Chafiras. Se trataba de masticar asfalto durante aproximadamente hora y media por los 65 km de la TF-28, carretera interior del este de Tenerife, que se iniciaba en el municipio sureño de San Miguel y discurriría por  Charco del Pino, Granadilla, que tan buen recuerdo evocaba aún, Chimiche, El Río, Arico, Icor, Fasnia y finalizando en el Escobonal, municipio de Güímar. 


La rampa de salida era lo suficiente fuerte como para iniciar los  primeros descartes, y a la altura de El Roque ya la familia Bicitel se situó  dónde permanecería durante casi toda la carrera, a pocas ruedas de los corredores del Almacenes Álvarez y del Loro Parque, los cuales se iban relevando en la cabeza.


Todo iba según lo planeado en el guión, pero a la mitad del recorrido   empezó la lluvia intermitente. Escasa pero suficiente para humedecer la calzada y convertir la prueba en un campo de batalla, con caídas frecuentes y corredores en la cuneta, los cuales vestían huellas de asfalto y sangre sobre los maillots.


Precisamente fue una caída lo que produjo una montonera en el pelotón, a unos 20 Km. de la meta, la cual trajo consigo un corte importante en el que logré escapar, y que a la postre, se evidenció como definitivo para que obtuviera un tiempo considerable.


La sorpresa grata del día vino de la mano de mi compañero Josué Suárez, que confirmando su buen estado de forma consiguió el segundo puesto y demostró que habrá que contar con él en lo sucesivo.


En la categoría juvenil, dominio claro también del Bicitel, con Yelco Rodríguez y Javi Perdomo, los cuales lograron respectivamente 1º y 3º puesto.


Al finalizar, cuando subimos al coche del equipo que se encontraba en la parte trasera de la carrera, caímos en la cuenta de lo alcanzado. El coche tenía en los sillones traseros, en los delanteros y hasta en las paredes, rastros de sangre y sudor de los corredores que fueron recogidos por Fernando deportivamente, a modo de ambulancia. Y pese a todos los inconvenientes, habíamos aprobado con nota en las dos categorías en la que habíamos participado: Pódium de cadetes, 1º y 2º; Pódium de juveniles, 1º y 3º. Sangre, sudor y ruedas.

domingo, 10 de abril de 2011

ENTRENAMIENTO TOP SECRET para la III Prueba ALCAMPO

Al parecer el secreto del éxito en el deporte está en el entrenamiento. Y en ello estamos todos: estudiando posibilidades, cargas, distancias, materiales ....

Profundizando en esa idea, unos pocos del Club Bicitel, de forma secreta,  tras investigar sobre el tema concienzudamente , nos fuimos un día antes de la competición en Alcampo hasta Agüimes y probamos a realizar series sobre burro. Era una apuesta arriesgada pero valía la pena intentarlo. 

El animal, algo duro pero simpático y con postura aerodinámica nos consintió todas nuestras exigencias y se esforzó al máximo como nosotros.

Algo debe haber funcionado porque hoy las carreras han resultado un triunfo para los que nos propusimos este entrenamiento específico.

El diseño para la prueba consistía en quince vueltitas al circuito de 700 metros en llano en los estacionamientos de la Zona Comercial de La Mareta.

Inicial calentamiento sobre el rodillo entre los coches para evitar el frío persistente que se levantó esta mañana.

La prueba se celebró reuniendo las categorías cadetes y juveniles. Muchas risas y poca tensión producto de que éramos todos de la familia Bicitel. Algunos demarrajes intentando evitar la llegada al sprint, pero sin obtener nada claro.

Al final lograron la victoria  las buenas escapadas a pocos metros de la meta de Josué Suárez en cadetes y Javier Perdomo en juveniles.

Si durante las semanas venideras ven a alguien sobre el burro de la plaza de Agüimes equipado de ciclista y poniendo posturitas, no se asusten ni sorprendan, está comprobado, los resultados hablan por sí solo.

Es de destacar la eficacia biomecánica que obtuvieron los mejores logros sobre el burro, las cuales se muestran por interés general deportivo en las fotos del entrenamiento en Agüimes a las que he añadido las de la carrera de hoy.





jueves, 7 de abril de 2011

DIEZ DIFERENCIAS ENTRE LOS CADETES PEDALEANTES


¿Aprecias diez diferencias entre ambas imágenes?

El/La primero que atine será  nombrado/a seguidor/a honorífico/a de este mes en el blog. Atrévete a comentarlas!

Pues el éxito de haber logrado ser seguidor honorífico del mes de abril para
Javier Perdomo